miércoles, 2 de marzo de 2011

CARTAS DEL DIABLO A SU SOBRINO (Lewis) IX


IX

Mi querido Orugario:

Espero que mi última carta te haya convencido de que el seno de monotonía o «sequía» que tu paciente está atravesando en la actualidad no te dará, por sí mismo, su alma, sino que necesita ser adecuadamente explotado. Ahora voy a considerar qué formas debería tomar esta explotación.

En primer lugar, siempre he encontrado que los períodos bajos de la ondulación humana suministran una excelente ocasión para todas las tentaciones sensuales, especialmente las del sexo. Esto quizá te sorprenda, porque, naturalmente, hay más energía física, y por tanto más apetito potencial, en los períodos altos; pero debes recordar que entonces los poderes de resistencia están también en su máximo. La salud y el estado de ánimo que te conviene utilizar para provocar la lujuria pueden también, sin embargo, ser muy fácilmente utilizados para el trabajo o el juego o la meditación o las diversiones inocuas. El ataque tiene mucho mayores posibilidades de éxito cuando el mundo interior del hombre es gris, frío y vacío. Y hay que señalar también que la sexualidad de los bajos es sutilmente distinta, cualitativamente, de la de los altos: es mucho menos probable que conduzca a ese débil fenómeno que los humanos llaman «estar enamorados», mucho más fácil de empujar hacia las perversiones, mucho menos contaminado por esas concomitancias generosas, imaginativas e incluso es-pirituales que tan a menudo hacen tan decepcionante la sexualidad humana. Lo mismo ocurre con otros deseos de la carne. Es mucho más probable que consigas hacer de tu hombre un buen borracho imponiéndole la bebida como un anodino cuando está aburrido y cansado que animándole a usarla como un medio de diversión junto con sus amigos cuando se siente feliz y expansivo. Nunca olvides que cuando estamos tratando cualquier placer en su forma sana, normal y satisfactoria, estamos, en cierto sentido, en el terreno del Enemigo. Ya sé que hemos conquistado muchas almas por medio del placer. De todas maneras el placer es un invento Suyo, no nuestro. Él creó los placeres; todas nuestras investigaciones hasta ahora no nos han permitido producir ni uno. Todo lo que podemos hacer es incitar a los humanos a gozar los placeres que nuestro Enemigo ha inventado, en momentos, o en formas, o en grados que Él ha prohibido. Por eso tratamos siempre de alejarnos de la condición natural de un placer hacia lo que en él es menos natural, lo que menos huele a su Hacedor, y lo menos placentero. La fórmula es un ansia siempre creciente de un placer siempre decreciente. Es más seguro, y es de mejor estilo. Conseguir el alma del hombre y no darle nada a cambio: eso es lo que realmente alegra el corazón de Nuestro Padre. Y los bajos son el momento adecuado para empezar el proceso.

Pero existe una forma mejor todavía de explotar los bajos; me refiero a lograrlo por medio de los propios pensamientos del paciente acerca de ellos. Como siempre, el primer paso consiste en mantener el conocimiento fuera de su mente. No le dejes sospechar la existencia de la ley de la ondulación. Hazle suponer que los primeros ardores de su conversión podrían haber durado, y deberían haber durado siempre, y que su aridez actual es una situación igualmente permanente. Una vez que hayas conseguido fijar bien en su mente este error, puedes proseguir por varios medios. Todo depende de que tu hombre sea del tipo depresivo, al que se puede tentar a la desesperación, o del tipo inclinado a pensar lo que quiere, al que se le puede asegurar que todo va bien. El primer tipo se está haciendo raro entre los humanos. Si, por casualidad, tu paciente pertenece a él, todo es fácil. No tienes más que mantenerle alejado de cristianos con experiencia (una tarea fácil hoy día), dirigir su atención a los pasajes adecuados de las Escrituras, y luego ponerle a trabajar en el desesperado plan de recobrar sus viejos sentimientos por pura fuerza de voluntad, y la victoria es nuestra. Si es del tipo más esperanzado, tu trabajo es hacerle resignarse a la actual baja temperatura de su espíritu y que gradualmente se contente convenciéndose a sí mismo de que, después de todo, no es tan baja. En una semana o dos le estarás haciendo dudar si los primeros días de su cristianismo no serían, tal vez, un poco excesivos. Háblale sobre la «moderación en todas las cosas». Una vez que consigas hacerle pensar que «la religión está muy bien, pero hasta cierto punto», podrás sentirte satisfecho acerca de su alma. Una religión moderada es tan buena para nosotros como la falta absoluta de religión —y más divertida.

Otra posibilidad es la del ataque directo contra su fe. Cuando le hayas hecho suponer que el bajo es permanente, ¿no puedes persuadirle de que su «fase religiosa» va a acabarse, como todas sus fases precedentes? Por supuesto, no hay forma imaginable de pasar mediante la razón de la proposición: «Estoy perdiendo interés en esto» a la proposición: «Esto es falso.» Pero, como ya te dije, es en la jerga, y no en la razón, en lo que debes apoyarte. La mera palabra fase lo logrará probablemente. Supongo que la criatura ha atravesado varias anteriormente —todas lo han hecho—, y que siempre se siente superior y condescendiente para aquellas de las que ha salido, no porque las haya superado realmente, sino simplemente porque están en el pasado. (Confío en que le tengas bien alimentado con nebulosas ideas de Progreso y Desarrollo y el Punto de Vista Histórico, y en que le des a leer montones de biografías mo¬dernas; en ellas, la gente siempre está superando «fases», ¿no?)

¿Te das cuenta? Mantén su mente lejos de la simple antítesis entre lo Verdadero y lo Falso. Bonitas expresiones difusas —«Fue una fase», «Ya he superado todo eso»—, y no olvides la bendita palabra «Adolescente». Tu cariñoso tío,

ESCRUTOPO

MEDICO DERRIBA MITO: EUTANASIA NO ES CLAMOR DE ENFERMOS TERMINALES

por Federico Ledesma

En todos los años que lleva trabajando con enfermos terminales, el médico Jordi Valls -uno de los más destacados expertos españoles en cuidados paliativos- nunca ha recibido un solo pedido de eutanasia.

En una entrevista concedida al diario ABC, Valls relata los desafíos de enfrentar a diario la muerte de sus pacientes, todos enfermos terminales, desde la Fundación Instituto San José, de los Hermanos de San Juan de Dios, donde dirige el equipo de atención psicosocial para enfermos avanzados de la Obra Social de La Caixa, que ya ha atendido a once mil pacientes.

Para Valls la eutanasia no es, “en absoluto”, una petición frecuente. “He trabajado durante años en atención directa a pacientes terminales, y nunca nadie me pidió la eutanasia. Se suele decir que el mejor tratamiento contra la eutanasia es un buen cuidado paliativo, pues la mayoría de quienes te dicen ‘yo no quiero vivir’ resulta que lo que te están diciendo es ‘yo no quiero vivir así’, y en cuanto tratas el ‘así’, habitualmente ya se no repite el ‘no quiero vivir’. Hay que ser sensibles, caritativos, y atender desde el lado más humanista de la medicina“, afirma.

El médico sostiene que su Unidad de Cuidados Paliativos no es un sitio triste. “Nadie en esta casa ni en ningún otro centro recibe más recompensas y agasajos que quienes trabajan en ella. La gente (tanto el enfermo como sus familiares) se siente agradecida porque les escuchas, les acompañas y haces más agradable el proceso de la muerte”, revela.

Valls considera que “es injusto morirse sin saber que te estás muriendo, porque a lo mejor tienes un montón de cosas por resolver. A cada uno nos gusta cerrar nuestras carpetas, y situar a la persona en esta esfera de realidad puede añadir paz a su muerte. Si tú, por ejemplo, tienes una hermana con la que hace años que no te hablas y te estás muriendo, pues seguramente el mejor tratamiento que te pueden aplicar es llamar a tu hermana, hacer las paces y quedarte tranquilo. En cuidados paliativos se aprende que a veces el mejor tratamiento del dolor no es la morfina”.

Además, recuerda que “no solo hay que cuidar a quien va a morir, sino también prestar atención a quienes le sobreviven. Esa es una carencia que tienen quizá los hospitales, donde se hace una labor de cuidados físicos muy buena, pero muchas veces ni las necesidades sociales ni las psicológicas están atendidas. Y mucho menos las espirituales, sean de tipo religioso o no”.

Impiden a un matrimonio cristiano la adopción de niños porque su ética sexual puede «dañarlos»


En un fallo que podría sentar precedentes legales en la justicia británica, el 28 de febrero dos jueces de Nottingham resolvieron que una pareja de esposos cristianos no puede adoptar niños debido a su convicción de que el "estilo de vida homosexual" no es aceptable.

Eunice y Owen Johns, de 62 y 65 años de edad respectivamente, son cristianos pentecostales de la ciudad de Derby y ya han cuidado a 15 niños como padres sustitutos en el pasado. Es decir, no los adoptaban pero los criaban temporalmente como si fueran sus hijos.

Ambos fueron llevados a una corte por un trabajador social que expresó su "preocupación" por la perspectiva que ambos tienen sobre el estilo de vida homosexual.

"Todo lo que queremos hacer es ofrecer un hogar lleno de amor a un niño necesitado. Tenemos un buen récord como padres sustitutos, pero como somos cristianos con una ética sexual, aparentemente no somos lo suficientemente buenos para serlo", señaló Eunice Johns.

"Los jueces -denunció- sugieren que nuestra perspectiva puede dañar a los niños. La Comisión de Igualdad y Derechos Humanos nos ha dicho que nuestras convicciones podrían ´infectar´ a los pequeños pero no creemos que eso sea así".

Johns también dijo que "estamos preparados para amar y aceptar a cualquier niño. Lo que no queremos hacer es decirle a un pequeño que la práctica homosexual es algo bueno. Más aún, un niño vulnerable ahora ha perdido la oportunidad de encontrar un hogar seguro y servicial en una época en la que hay pocos dispuestos a cuidar o adoptar".

"Nos sentimos excluidos y sentimos que no hay lugar para nosotros en la sociedad, no hemos recibido justicia y creemos que se necesita una perspectiva independiente para revisar este caso" que estos esposos van a apelar.

Por su parte Ben Summerskill, director de la organización Stonewall que agrupa lesbianas, gays y bisexuales, comentó sobre el fallo que "nos place que la Corte haya favorecido la decencia del siglo XXI por encima del prejuicio del siglo XIX".

Los jueces de este caso, Munby y Beatson, se refieren en su fallo a la polémica Ley de Igualdad y Orientación Sexual de 2010. Ambos señalan que poner a niños al cuidado de los Johns podría "generar un conflicto con el deber de la autoridad local de salvaguardar y promover el bienestar de los niños".

Para los jueces, en este caso no se atenta contra la libertad religiosa de los Johns, que en todo caso queda en un segundo lugar "porque las leyes sobre la igualdad en cuanto a la orientación sexual deben considerarse primero".

El fallo también señala que las autoridades pueden exigir a los individuos una "actitud positiva" hacia las inclinaciones y el estilo de vida homosexual.

En opinión de los magistrados Munby y Beatson los Johns no han sufrido discriminación religiosa ya que su exclusión como padres sustitutos no se debe a eso sino a sus consideraciones éticas.

Andrea Williams, Directora del Christian Legal Center del Reino Unido, reiteró que los jueces "efectivamente le dijeron a los Johns que sus perspectivas pueden dañar a los niños".

La decisión de los magistrados de Nottingham también se refiere al "asunto obvio" de que Gran Bretaña es "un estado secular y no una teocracia" por lo que "apoyarse en una creencia religiosa no puede inmunizar nunca al creyente del alcance de la ley secular".

Al respecto, Williams advirtió que "la ley se ha comenzado a interpretar por los jueces de modo tal que favorece los ´derechos´ homosexuales sobre la libertad de conciencia. Diversas áreas de la vida pública se están saliendo del espectro de los cristianos que no quieren comprometer sus creencias".

"Si la moral cristiana daña a los niños y es inaceptable para el Estado, ¿entonces cuántos años nos quedan antes que los hijos naturales sean arrebatados de sus padres cristianos?", cuestionó la abogada.

La controvertida norma sobre la orientación sexual en Gran Bretaña forzó a las agencias de adopción católicas a cerrar, luego de que la comisión encargada de velar por su cumplimiento estableciera que estas instituciones no podían rechazar a parejas homosexuales que quisieran adoptar.

Catholic Care, la última agencia en cerrar, fue obligada a hacerlo en agosto de 2010.

Sobre la adopción por parte de homosexuales, el Instituto Valenciano de Fertilidad, Sexualidad y Relaciones Familiares (IVAF) recuerda que "un niño tiene derecho a un padre y una madre, derecho conculcado si se le entrega a dos hombres o a dos mujeres".

"Dos personas del mismo sexo no son idóneos para la cría y educación de los niños, que carecerían de referente paterno/masculino (si son dos lesbianas) o materno/femenino (si son dos homosexuales)", precisa.


FUENTE: http://www.religionenlibertad.com

La protestantización de los tradicionalistas católicos

Hay dos fijaciones del tradicionalismo en la Iglesia que siempre son siempre el caballo de batalla con el que uno se encuentra a la hora de polemizar sobre la situación actual de la nave de Pedro.

Como muchos habrán adivinado, no son otras que el tema delecumenismo en el Concilio Vaticano II y la reforma litúrgica de 1970, auspiciada por Pablo VI tras la Sacrosanctum Concilium sobre la Sagrada liturgia.

Formado en Congregaciones Marianas y en la espiritualidad ignacianade toda la vida, nunca pude sospechar que aquellos jesuitas tradicionales de los que mamé todo en mis primeros años en la fe se hubieran quedado cortos en su ortodoxia comparados con los postulados de los más tradicionalistas de la iglesia.

Si algo aprendí en todo esos años fue que en materia de obediencia, elsentire cum ecclesia de San Ignacio es la cúspide espiritual de la vida religiosa, que siempre trata de ser obediente al Padre a imitación de Jesucristo a través de la persona del superior y la profesada obediencia a la Iglesia en la persona del Sumo Pontífice.

Con estas coordenadas eclesiales de referencia, nunca he podido entender laabierta crítica que por parte de algunos se hace tanto al Concilio, como a la autoridad de Pablo VI en su oficio de Papa a la hora de sancionar las reformas que vinieron con posterioridad a éste.

Puedo entender, más o menos, el escándalo de muchos ante los desmanes de algunos, pero me parece un salto considerable pasar de la condena de los actos concretos de unos pocos, al descrédito sistemático de todo el Concilio y lo que viene después.

Cuando se habla de estos temas, así como de los males de los que adolece la Iglesia, el argumento estrella que siempre surge como clave explicativa de todo es el de la protestantización de la Iglesia.

En esta sintonía explicativa ecumenismo y reforma litúrgica son los dos grandes errores del Concilio que nos han llevado a la precaria situación de la Iglesia hoy en día, y la mejor demostración de ello es el abandono masivo de la misma al que hemos asistido tras el mismo.

Me encantaría entrar en estos temas, pero para no alargarme, recomiendo los brillantes post de José Miguel Arráiz en Infocatólica, que no tienen desperdicio.

En lo que quiero fijarme eso sí, es en la pretendida protestantización de la Iglesia, pues viene a ser el coco que siempre se esgrime para descalificar todo lo que se mueve.

Previamente señalar lo curioso que resulta que gente que no ha pisado en su vida una congregación protestante se ponga a decir que nuestra liturgia actual está protestantizada.


Una cosa es conocer lo que se enseña en cualquier facultad de teología católica sobre Lutero, Calvino y la Reforma, y otra muy distinta conocer el mundo protestante actual, que es de una riqueza y una diversidad tal, que muchas veces raya la contradicción, pues se puede encontrar de todo.

Por ejemplo, podemos encontrarnos cosas tan dispares como una misa tridentina (si consideramos a los anglicanos protestantes) o un servicio informal tipo Gospel como los que se dan en algunas iglesias estadounidenses.

Así que la cuestión previa es: si se da una protestantización, ¿de qué tipode protestantización estamos hablando? ¿Bautista, metodista, luterana, calvinista, evangélica, pentecostal, no denominacional,etc,etc?

Porque si el problema es que haya guitarras en las iglesias, a más de uno le sorprendería ir a un culto luterano tradicional acompañado de un órgano barroco de los de toda la vida, y supongo que más de un esquema se le vendría abajo.

Por supuesto no estoy entrando en profundidad en el tema, lo que quiero señalar es el común desconocimiento de la práctica protestante, aunque en la Iglesia católica tenemos gente que viene del mundo protestante que nos puede explicar mucho de lo que se vive en ese mundo.

Dos exponentes señeros en Estados Unidos son Scott Hann y Peter Kreeft, ambos provenientes del protestantismo más clásico y ahora conocidos apologetas de la fe católica.

Hann pertenece al Opus Dei y enseña en la universidad franciscana de Stubenville, y Kreeft es profesor de filosofía en el Boston College de los jesuitas. Ambos saben mejor que nadie de donde vienen, y por eso mismo pueden apreciar la intensidad de la liturgia católica (por ejemplo La cena del Cordero de Hann es una apasionante profundización en la Misa)

Pero volviendo a lo que importa, si se desconoce la práctica protestante, difícilmente se puede acusar de protestantización, en rigor, a la Iglesia católica actual.

En realidad lo que se quiere criticar tildándolas de protestantes, son las formas introducidas en la liturgia, y al hacerlo se entra de lleno en un tema teológico mucho más grave, que tiene que ver con la constitución misma de la Iglesia y la autoridad de sus pastores.

Si uno de los postulados fundamentales de Lutero es la interpretación individual de la Escritura con la asistencia del Espíritu Santo, que conlleva también una demolición de la Iglesia como estructura jerárquica y de autoridad en materias de fe, me pregunto quién es verdaderamente el protestante.

Me resulta de lo más llamativa la velada eclesiología que se esconde detrás de todas las corrientes que minusvaloran el Concilio Vaticano segundo y todo lo que trajo. En el fondo lo que se nos viene a decir es que la Iglesia se ha equivocado, pues no se da valor a lo aprobado por el Concilio, ni a los decretos y reformas posteriores del Papa.

Justo lo contrario de la Iglesia católica en la que yo he crecido en la fe donde siempre se me ha enseñado a tener una exquisita comunión con la Iglesia y sus pastores, y jamás de los jamases se ha puesto en duda ni la autoridad del papa, ni la del concilio, ni la de los obispos.

Y precisamente en esto, en el sentir con la Iglesia ignaciano, nos jugamos el ser o no ser de católicos, pues si la Iglesia católica se equivoca, entramos de lleno en categorías teológicas de la Reforma.

Al final lo que está clarísimo es que hay mucho desconocimiento de lo que la propia Iglesia dice de sí misma, así como de lo que se vive en las otras iglesias cristianas separadas, y se habla de protestantización de la Iglesia de una manera a mi entender muy superficial.

No hace falta entrar en el debate de lo que está mal o bien en materia deliturgia, ni entrar a criticar el desfigurado entendimiento del tema delecumenismo que muchos tienen. Previamente tenemos que sentarnos a hablar del valor que tiene la Iglesia, su autoridad, la de sus pastores, y la promesa de asistencia a la misma de parte del Espíritu Santo.

Al menos yo, sin tener eso claro, no podría ser católico, pues me parece que está en la esencia de las cosas el poder confiar en que la Iglesia, pese a la imperfección de las mediaciones humanas que necesariamente tiene que padecer, está guiada por el Espíritu Santo y al final estamos seguros de hacer la voluntad de Dios si seguimos lo que ella nos dice.


FUENTE: http://www.religionenlibertad.com