martes, 1 de marzo de 2011

CARTAS DEL DIABLO A SU SOBRINO (Lewis) VIII


VIII

Mi querido Orugario:

¿Con que tienes «grandes esperanzas de que la etapa religiosa del paciente esté finalizando», eh? Siempre pensé que la Academia de Entrenamiento se había hundido desde que pusieron al viejo Babalapo a su cabeza, y ahora estoy seguro. ¿No te ha hablado nadie nunca de la ley de la Ondulación?

Los humanos son anfibios: mitad espíritu y mitad animal. (La decisión del Enemigo de crear tan repugnante híbrido fue una de las cosas que hicieron que Nuestro Padre le retirase su apoyo.) Como espíritus, pertenecen al mundo eterno, pero como animales habitan el tiempo. Esto significa que mientras su espíritu puede estar orientado hacia un objeto eterno, sus cuerpos, pasiones y fantasías están cambiando constantemente, porque vivir en el tiempo equivale a cambiar. Lo más que puede acercarse a la constancia, por tanto, es la ondulación: el reiterado retorno a un nivel del que repetidamente vuelven a caer, una serie de simas y cimas. Si hubieses observado a tu paciente cuidadosamente, habrías visto esta ondulación en todos los aspectos de su vida: su interés por su trabajo, su afecto hacia sus amigos, sus apetencias físicas, todo sube y baja. Mientras viva en la tierra, períodos de riqueza y vitalidad emotiva y corporal alternarán con períodos de aletargamientos y pobreza. La sequía y monotonía que tu paciente está atravesando ahora no son, como gustosamente supones, obra tuya; son meramente un fenómeno natural que no nos beneficiará a menos que hagas buen uso de él.

Para decidir cuál es su mejor uso, debes preguntarte qué uso quiere hacer de él el Enemigo, y entonces hacer lo contrario. Ahora bien, puede sorprenderte aprender que, en sus esfuerzos por conseguir la posesión permanente de un alma, se apoya más aún en los bajos que en los altos; algunos de Sus favoritos especiales han atravesado bajos más largos y profundos que los demás. La razón es ésta: para nosotros, un humano es, ante todo, un alimento; nuestra meta es absorber su voluntad en la nuestra, el aumento a su expensa de nuestra propia área de personalidad. Pero la obediencia que el Enemigo exige de los hombres es otra cuestión. Hay que encararse con el hecho de que toda la palabrería acerca de Su amor a los hombres, y de que Su servicio es la libertad perfecta, no es (como uno creería con gusto) mera propaganda, sino espantosa verdad. El realmente quiere llenar el universo de un montón de odiosas pequeñas réplicas de Sí mismo: criaturas cuya vida, a escala reducida, será cualitativamente como la Suya propia, no porque El las haya absorbido, sino porque sus voluntades se pliegan libremente a la Suya. Nosotros queremos ganado que pueda finalmente convertirse en alimento; Él quiere siervos que finalmente puedan convertirse en hijos. Nosotros queremos sorber; El quiere dar. Nosotros estamos vacíos y querríamos estar llenos; El está lleno y rebosa. Nuestro objetivo de guerra es un mundo en el que Nuestro Padre de las Profundidades haya absorbido en su interior a todos los demás seres; el Enemigo desea un mundo lleno de seres unidos a Él, pero todavía distintos.

Y ahí es donde entran en juego los bajos. Debes haberte preguntado muchas veces por qué el Enemigo no hace más uso de Sus poderes para hacerse sensiblemente presente a las almas humanas en el grado y en el momento que Le parezca. Pero ahora ves que lo Irresistible y lo Indiscutible son las dos armas que la naturaleza misma de Su plan le prohíben utilizar. Para El, sería inútil meramente dominar una voluntad humana (como lo haría, salvo en el grado más tenue y reducido, Su presencia sensible). No puede seducir. Sólo puede cortejar. Porque Su innoble idea es comerse el pastel y conservarlo; las criaturas han de ser una con El, pero también ellas mismas; meramente cancelarlas, o asimilarlas, no serviría. Está dispues¬to a dominar un poco al principio. Las pondrá en marcha con comunicaciones de Su presencia que, aunque tenues, les pare¬cen grandes, con dulzura emotiva, y con fáciles victorias sobre la tentación. Pero El nunca permite que este estado de cosas se prolongue. Antes o después retira, si no de hecho, sí al menos de su experiencia consciente, todos esos apoyos e incentivos. Deja que la criatura se mantenga sobre sus propias piernas, para cumplir, sólo a fuerza de voluntad, deberes que han per¬dido todo sabor. Es en esos períodos de bajas, mucho más que en los períodos de altos, cuando se está convirtiendo en el tipo de criatura que Él quiere que sea. De ahí que las oraciones ofrecidas en estado de sequía sean las que más le agradan. Nosotros podemos arrastrar a nuestros pacientes mediante continua tentación, porque los destinamos tan sólo a la mesa, y cuanto más intervengamos en su voluntad, mejor. El no puede «tentar» a la virtud como nosotros al vicio. Él quiere que aprendan a andar, y debe, por tanto, retirar Su mano; y sólo con que de verdad exista en ellos la voluntad de andar, se siente complacido hasta por sus tropezones. No te engañes, Orugario. Nuestra causa nunca está tan en peligro como cuando un humano, que ya no desea pero todavía se propone hacer la voluntad de nuestro Enemigo, contempla un universo del que toda traza de Él parece haber desaparecido, y se pregunta por qué ha sido abandonado, y todavía obedece.

Pero, por supuesto, los bajos también ofrecen posibilidades para nuestro lado. La próxima semana te daré algunas ideas acerca de cómo explotarlos.

Tu cariñoso tío,

ESCRUTOPO

Del "no" anglicano a las bodas gay en las iglesias


Que vivimos tiempos convulsos en los que sólo nos falta ponernos a debatir sobre el sexo de los ángeles como, según se dice, ocurría en Constantinopla mientras los turcos la invadían, es algo que a estas alturas parece ya indiscutible. En el Reino Unido, país en el que gobierna un partido conservador en coalición con un partido liberal, -no se trata pues delPartido Laborista ni de ningún otro tipo de izquierda “progresista”-, se halla en estudio, como se sabe, una ley de matrimonio que no sólo pretende ampliar la significación del concepto para que ampare también a la unión de dos personas del mismo sexo, sino además que los templos acojan, celebren, y en consecuencia, avalen, esta nueva concepción del matrimonio.
Es verdad que ante la nueva situación, el Dr. Rowan Williams, Arzobispo de Canterbury, máxima autoridad religiosa de la Iglesia anglicana, se ha negado, en un encuentro con varios parlamentarios, a la pretensión del Gobierno británico. Si bien, según algunos, se trata sólo de una maniobra para preservar la unidad:
“El Dr. Williams era considerado como un liberal cuando fue nombrado arzobispo, pero ha sacrificado continuamente sus creencias privadas para mantener la unidad de la Iglesia”, escribe el corresponsal en asuntos religiosos del Telegraph, Jonatahan Wynne-Jones.
Y es que en el seno de la Iglesia anglicana no faltan significados miembros, asíLord Harries, todo un obispo de Oxford, o el Dr. Jeffrey John, el deán de Saint Albans, para quienes no aceptar la realización de matrimonios entre personas del mismo sexo en los templos no representa sino “una discriminación”. El canciller canónigo de la catedral de San Pablo sostiene que “la Iglesia debería responder con más imaginación a la idea de celebrar matrimonios del mismo sexo en la iglesia”.
Todo lo cual suscita varias conclusiones. Por un lado, el imparable proceso de intromisión del estado en la sociedad, el cual alcanza cotas tan insospechadas como para aventurarse en transformar el diccionario por decreto para que las cosas signifiquen lo que el estado quiere que signifiquen, e imponerlas, igualmente por decreto, a la ciudadanía. Una ciudadanía a la que hasta del derecho de crítica se le priva, bajo el argumento de que se trata de derechos fundamentales: derechos tales como el de abortar una criatura, el de matar a un viejo “dignamente”, o el de dos personas del mismo sexo a adoptar un niño... Por otro, la gravísima crisis en la que parece hallarse la Iglesia anglicana, incapaz de alcanzar un acuerdo ni sobre la definición de algo tan claro como un matrimonio. Una crisis que, sin duda, ha de allanar, como ya lo está haciendo, el camino de las conversiones hacia donde se percibe más claridad, la Iglesia católica en este caso.
Resta saber si también impondrá el Gobierno británico el matrimonio de homosexuales en las mezquitas... No se preocupen, era una broma. Siendo como es la islámica una sociedad en la que ley civil y la religiosa están confundidas, el matrimonio musulmán, sin embargo, es un contrato meramente civil, en el que las mezquitas ni entran ni salen... Que de no ser así... ¡a lo mejor hasta se pensaban dos veces lo de imponer las bodas en los lugares de culto!

Un funcionario vaticano contra la Comunión al gobernador adúltero y pro-aborto de Nueva York

Edward Peters, consultor legal en el Vaticano, ocupó la primera plana de los titulares internacionales al afirmar que al gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, se le debería negar la Comunión, a causa de su respaldo público y consecuente al aborto legal, y a causa que él vive una relación adúltera con su novia.

Interrogado por Cybercast News Service (CNS) sobre la posición de Cuomo respecto al aborto, Peters respondió: “Me gustaría que los expertos sobre las leyes y la política de Nueva York verifiquen unos pocos hechos aquí, pero basados en lo que se informa ampliamente sobre el consecuente respaldo del gobernador para el aborto legal en Nueva York, no veo otra forma de interpretar esta conducta relacionada con el aborto, excepto como suficiente para garantizar que se le niegue la Santa Comunión, según el canon n. 915 del Código de Derecho Canónico de la Iglesia Católica”.

Este canon afirma que “a la sagrada comunión no serán admitidos los excomulgados y los que están en entredicho después de la irrogación o declaración de la pena, y los que obstinadamente perseveran en un manifiesto pecado grave”.

La entrevista de CNS es posterior a un comentario de Peters publicado en un blog post el 4 de enero, en el que afirma que el acuerdo de por vida de Cuomo con su novia Sandra Lee es un “concubinato público” que lo descalifica para recibir la Comunión. Peters agregó que “el hecho que tanto Cuomo como Lee estén divorciados convierte al concubinato en adulterio por ambas partes”.

En un artículo basado en una entrevista con Lee luego de la asunción del cargo de Cuomo, elNew York Post informó que “el recientemente asumido gobernador Cuomo pasó la noche en la vieja habitación de sus padres con la Primera Novia y el ‘bebé’ más reciente de la poderosa pareja —un cacatúa de 2 meses de edad tan frágil que necesitó dormir junto a una lámpara de calor para animación”.

“Sí. No está en discusión sólo esto, sea como sea”, dijo Peters a CNS. “Con absoluta libertad, el gobernador está actuando públicamente en violación a una básica expectativa moral de la Iglesia. Sólo por estos hechos, que reciba la Sagrada Comunión es objetivamente un sacrilegio y produce un grave escándalo en la comunidad de fe”.

Agregó que “en tanto él persista en esta conducta, se le debe impedir la recepción de la Sagrada Comunión según el canon 916. Si se acerca para recibir la Sagrada Comunión, se le debe negar el augusto sacramento según el canon 915”.

Además de su posición pro-aborto y su concubinato público, Cuomo es un abierto defensor del “matrimonio” homosexual, al que el Vaticano dice que los católicos tienen la obligación de oponerse.

En un discurso durante la campaña gubernamental en octubre del año pasado, Cuomo le dijo a los homosexuales: “no quiero ser el gobernador que sólo propone la igualdad matrimonial. No quiero ser el gobernador que hace presión por la igualdad matrimonial. No quiero ser el gobernador que lucha por la igualdad matrimonial. Quiero ser el gobernador que firma la ley que hace que la igualdad sea una realidad en el Estado de Nueva York”.

“Por supuesto, es injusto que los funcionarios públicos den su respaldo a programas que dañan los fundamentos de las sociedades que ellos gobiernan”, le dijo Peters a CNS.

Cuomo recibe la Sagrada Comunión en una Misa celebrada por el obispo
Los interrogantes fueron provocados por la recepción pública de la Sagrada Comunión por parte de Cuomo y Lee en una Misa celebrada por el obispo de Albany, Howard Hubbard, específicamente para festejar la asunción del cargo. Durante su homilía, el obispo Hubbard dijo que el abortista gobernador Cuomo “debería estar profundamente inmerso en la obra de evangelización, esforzándose por la transformación de nuestro Estado y de nuestra sociedad”.

En su post del 4 de enero, citando el canon 392 del Código de Derecho Canónico, Peters advierte que “es responsabilidad del obispo de Albany, Howard Hubbard, velar para que sea promovida la disciplina común de la Iglesia y que se cumplan todas las leyes eclesiásticas, ejerciendo vigilancia especial contra los abusos de los sacramentos y del culto a Dios”.

Agregó que “desgraciadamente, la homilía inaugural festiva de Hubbard frente a Cuomo y Lee, en la que –sin amonestar su estatus objetiva y públicamente pecaminoso- el prelado pareció haber ungido a la pareja como su modelo de evangelizadores en el gobierno, así como su complicidad al administrar la Comunión a Cuomo, en mi opinión lleva a otro abandono de la obligación pastoral”.

La diócesis de Albany respondió diciendo que es “injusto e imprudente hacer un juicio pastoral sobre una situación particular sin conocer los hechos”, agregando que “como materia de práctica pastoral no deberíamos comentar públicamente algo que debe ser tratado en forma privada, independientemente si la persona es una figura pública o un ciudadano privado”.

Luego de la declaración, Peters volvió a disparar en su blog diciendo que “respondí a preguntas razonables que he recibido sobre un comportamiento público, tal como se lo conoce a partir de fuentes públicas, sobre lo que afirma el Derecho Canónico, el cual es mi área de especialidad”,

“Lo hice en forma tan serena y correcta, y con el debido respeto por las personas involucradas, acorde con el canon 212 § 3. No veo cómo alguien podría razonablemente interpretar mis comentarios como ‘juicios pastorales’ impropios”.

Cuomo solo respondió afirmando: “mi religión es una cuestión privada, no es algo que yo discuto en la arena política”.

La Sagrada Comunión y la doctrina católica
Aunque las declaraciones de Peters han generado una conmoción internacional, aquéllas repiten simplemente la ley de larga data de la Iglesia respecto a la recepción de los sacramentos, un punto que ha sido reiterado en años recientes por el ahora cardenal Raymond Burke, prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, el tribunal más elevado del Vaticano.

“No entiendo el debate continuo que sigue a esto. No hay duda que un católico que públicamente, y luego de ser advertido, respalda una legislación pro-aborto no debe recibir la Sagrada Comunión y no se le ha de administrar la misma”, dijo Burke a LifeSiteNews.com en una entrevista del año 2009.

Timothy Dolan, el arzobispo de la Ciudad de Nueva York, comentó en febrero del año pasado que él no permitiría que Cuomo, quien era en ese entonces el Fiscal general del Estado, ocupe un lugar prominente en una ceremonia católica.

“Hay una diferencia entre que todos sean bienvenidos, y proporcionar a alguien que dramática, radical y públicamente se opone a la Iglesia en un tema particularmente dado, ocupe un lugar de preeminencia y reciba una distinción”, dijo Dolan.

Aunque Peters no representa oficialmente al Vaticano, es un funcionario de referencia (consultor) para el Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica.


FUENTE: http://www.religionenlibertad.com